lunes, 19 de noviembre de 2007

CuentaCuentos nº 54 "Insonmio"

Insomnio

    “El camino es tan estrecho que se hace difícil caminar erguida sin caer o al menos eso me parece mientras subo las escaleras de mi casa hasta mi habitación, y allí me tumbo en la cama. Estoy rendida y seguro que el sueño pronto se apodera de mí, pero siempre me equivoco... En cuanto me acuesto en la cama el sueño y el cansancio desaparecen tan rápido que no puedo darme casi cuenta, y así empieza otra noche de insomnio. Otra larga noche...

    Me acuesto y pongo la televisión. Veo la serie del día: CSI, Cuestión de sexo, Kyle XY, House... Da un poco igual, la cuestión es estar entretenida para no darme cuenta de que las horas pasan. A veces hasta estoy leyendo un libro al tiempo que tengo la televisión puesta, y el ordenador encendido, por donde, de vez en cuando, mantengo alguna conversación con algún amigo perdido por el mundo. Y según avanza la noche siento una opresión dentro de mí al no poder conciliar el sueño, y comparto noches en vela con algunos de mis CC, hablando de mil cosas, e intercalando las charlas con documentos de Word que tengo abiertos, donde se esconden mil relatos que algún día verán la luz...

    Y entonces dan las 3 o las 4 de la mañana. Hora en la que me obligo a dejarlo todo. Momento en el que me obligo a tratar de dormir. Instante en el que la oscuridad se hace palpable, el silencio retumba en el aire, y me siento como si estuviese sola en el mundo. Me acuesto, me acurruco bajo las sábanas con mi perro y con la esperanza de que el sueño y el sopor pronto vengan a ocupar su lugar a mi lado, en esta cama en la que me pierdo.

    Doy vueltas, no consigo dormir. Me levanto y a oscuras recorro la casa. Voy a la cocina, bebo algo, quizá encuentro algo ligero que comer y vuelo en silencio a mi cuarto, para no despertar a nadie. Otra vez bajo las sábanas. Más vueltas, silencio, oscuridad, el tiempo pasando sin que el sueño llegue hasta donde yo estoy. Enciendo la luz, cojo la libreta y el bolígrafo que tengo en la mesita y me pongo a escribir mil cosas que al final se quedarán en nada, por no tener coherencia. Apago la luz, pasan los minutos, el perro duerme a mis pies, le oigo roncar. Me enfado. Me molesta que duerma y yo no ser capaz, así que le doy un pequeño golpecito con el pie y lo despierto, dejándolo al pobre con cara de sueño y sin saber que está pasando. Así que lo cojo y lo abrazo contra mi pecho.

    -¿Tú tampoco puedes dormir?

    Y acariciándolo el perro se vuelve a dormir y vuelvo a quedarme sola, en el silencio de la noche y sin rondarme apenas el cansancio. Un ruido. Me quedo quieta en la cama. Mi padre se levanta para irse a trabajar, lo que me revela la hora que es, las 6.20 de la mañana. Me quedan tres horas más antes de tener que levantarme. Ahora sí, ahora llega el agobio... Me quito la almohada de debajo de la cabeza y la coloco paralela a mí, en la cama. Apoyo la cabeza en ella y la abrazo. Quiero dormir y no puedo. Una lágrima esquiva resbala por mi mejilla, como cada noche, y entonces estiro la mano y sobre la cama, en la cabecera toco a Ratoncito, que siempre está ahí, durante mis noches de vigilia.

    Tocarle hace que me tranquilice. No sé, ese peluche puede hacer que se desvanezcan mis penas en un momento, sólo con tocarle en plena oscuridad, cuando ya no puedo más y me siento derrotada, es cuando al fin, el sueño decide acomodarse a mi lado en la cama. Morpheo ocupa el lugar que le corresponde hacía ya horas, para ocuparlo apenas un par de ellas y caigo rendida en sus brazos mientras abrazo la almohada con una mano y con la otra acaricio a Ratoncito...

    Ahora vamos camino de la una de la mañana y publico mi relato. No sé a qué hora podré conciliar el sueño, porque no sé qué planes tiene para mí esta noche el bueno de Morpheo, el guardián de los sueños. Aunque esta noche es diferente. Puedo oír el sonido de la ansiada lluvia repiquetear en el techo y ese sonido me relaja, me ayuda a llegar hasta el onírico abrazo al que me transportará Ratoncito en un par de horas, o al menos eso espero... Así son mis noches y las de algún Cuentacuentos más... Noches de insomnio, noches en las que la oscuridad y el silencio se vuelven más un enemigo a batir, que un aliado al que alabar... Deseo que tengáis todos sueños reparadores, y que al menos, para con vosotros Morpheo tenga unos planes mejores, que compartir la noche con esta loca insomne...

    ¡Que tengáis muy buena luna!


    *Frase de Beleita.

1 comentario:

  1. Comentarios de la entrada original:

    Pedro Escudero dijo:
    19 noviembre, 2007 en 16:06
    Pufff que mañ rato. Yo no spy insomne, no creo, al menos no hasta el punto de "la protagonista" pero pasao más de una mala noche de poco sueño, y entiendo bien esa angustia. en los días realmente malos lo pero es esa agonía que has descrito tna bien dele stilo ·ya son las 6 me tengo que levanta r ala 9, solo voy a dormir 3 horas…" ¡Eso sí que es un tortura!

    1 abrazo con muchos buenos sueños,

    Pedro.

    luzdeluna dijo:
    19 noviembre, 2007 en 19:02
    Puf, increible que angustia me ha pasado 1 o veces, aunque a mi a Morpheo no me dá tiempo ni de saludarlo, mnnnn si me dejaran dormir una semana entera no habría problema zZZZZZZZZZZ.

    Besitos. : o

    Duendecilla-Mun dijo:
    19 noviembre, 2007 en 23:07
    Justo me leo este cuento antes de dormir :) Sé como te sientes; en más de una ocasión he tenido noches así. Y eso que yo soy una marmota… Dormir es uno de los grandes placeres de la Tierra para mí… Y un refugio de la realidad, también ;)Si no duermo mis 8 horas, al día siguiente tengo el cerebro desconectado."In my field of paper flowers… and candy clouds of lullaby…"Besos de luna,Mun

    wannea dijo:
    20 noviembre, 2007 en 9:31
    yo no podria vivir asi, necesito dormir tanto o mas que el aire que respiro, pero cuando hay algo rondando por mi cabeza se me hace mas dificil… como anoche… ains, espero que estes sonriendo cuando leas esto… yo intento hacerlo aunque sea de medio lao bessos mi meiga… muuaks

    M. dijo:
    20 noviembre, 2007 en 16:21
    Yo mejor que no explique lo que siento al leer tu relato, no? ;)Parece que ultimamente me va mejor la cosa, pero ahí está, esperando en la retaguardia a que le dé la espalada y me robe el sueño una vez más. Hace bastante tiempo, cuando no podía conciliar el sueño, me fumaba un buen canuto de maría y me quedaba frito en la cama. Que conste que lo hacía servir como remedio y no como adicción, oki?Así que, no sé nena, espero que algún día se acabe el mal que reina la cama de tu protagonista!Biquiños meiga!!!Hell.

    maria jose dijo:
    20 noviembre, 2007 en 19:16
    Yo, como insmone,te entiendo perfectamente. Y no tengo peluche al que aferrarme, sólo desesperación.
    Pero de un tiempo a esta parte, desde que sonseguí huir de las paredes que me retienen, reconozco que duermo de perlas. Quizá mi insomnio yace abandonado en algún aeropuerto o estación de tren. Quizá ha encontrado otra víctima. Quizá aprenda de nuevo el camino a casa…

    Besos!

    LUC-ROC dijo:
    22 noviembre, 2007 en 4:00
    No sabes la de años que me he llevado viviendo y sintiendo todo lo que tan extraordinariamente bien cuentas. Lo que yo he hecho es cambiar mi ritmo de vida. Ahora trabajo por la noche y duermo por la mañana .Está visto que la noche no está hecha para dormir para muchas personas.Me ha encantado y me he sentido tremendamente identificada….Besos.

    Asiria dijo:
    24 noviembre, 2007 en 13:55
    Me decía mi abuelo que dormir pa qué si ya dormiría una eternidad, y el muy… me levantaba a las 5 para acompañarle a la lonja. Creo que de alguna forma he descubierto un lugar maravilloso de nombre madrugada. Creo que junto con la alta mar son los lugares en donde uno es más libre. Como bien describes esa libertad está en constante lucha contra Morféo y sus armas que pugnan por abatir nuestros ojos, pero contando con la imaginación y rebeldía contra el sistema implantado como aliados no nos vence tan facilmente el sueño!
    Un brindis por la madrugada!!
    Un abrazo y a seguir escribiendo así.

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