lunes, 3 de diciembre de 2007

CuentaCuentos nº 56 "La vida"

La vida

    “Las turbulencias presagiaban lo peor. El avión se estremecía con cada golpe de viento y con cada sacudida su mente le proyectaba nuevos finales para aquella situación. ‘Voy a morir’ pensó Antonio, ‘bueno, que más da… De todas formas ya dejé mi vida atrás desde que sus ojos se cruzaron con los míos…’ Y entonces pensó en Silvia. Si cerraba los ojos casi podía sentirla a su lado. Notar el calor de su suave piel, el aroma de su cuerpo, el tono de su suave voz cada vez que susurraba su nombre en sueños...

    Estaba claro que la amaba más que a nada, pero había cosas en la vida que tenían que seguir su curso y lo estaban haciendo... Aquel avión cada vez se dejaba llevar más por los embistes de aquella horrible tormenta, y a él le daba igual, porque su vida ya estaba junto a la de ella. ¿Qué más le daba morir entonces? Se sentó bien en el asiento y cerró los ojos. Pensó en ella, en sus ojos, en sus labios, en sus manos, en sus pechos y entonces llegó la calma, la tranquilidad. Siempre pasaba lo mismo... Cuando estaba en algún momento en el que los nervios se apoderaban de él, pensaba en ella y la calma volvía. Esta vez incluso se había detenido la tormenta y el avión retomaba su curso normal.

    Por los altavoces sonó la voz del capitán que les avisaba de que por culpa de la tormenta se habían desviado un poco y que tenían un ligero retraso, pero que llegarían a tiempo para que los pasajeros que tenían transbordos cogiesen sus vuelos. ‘¡Mierda! Un retraso... No tengo tiempo para retrasos hoy...’ Pero no había nada que hacer, así que volvió a sentarse en su asiento, a cerrar los ojos y a evocar la imagen de su amada para así pasar el tiempo.

    Por fin el avión hizo toma de tierra y en cuanto pudo salió disparado del avión como alma que lleva el diablo. No tenía equipaje, había sido un viaje improvisado, así que no perdió el tiempo en ir a aquella zona y salió del aeropuerto en busca de un taxi. Se montó en uno casi sin aliento y cuando el taxista la preguntó que a donde se dio cuenta de que no lo sabía. ‘¿Por qué nadie se lo había dicho? ¿Acaso tenían miedo de que hiciese lo que estaba haciendo? Pues ya veían que lo estaba haciendo igual, aunque mucho más difícilmente sin ayuda...’ Recordó los momentos pasados con ella. Sus paseos en la noche, y entonces el recuerdo vino solo... ‘la plaza de San Ignacio’.

    -¡A la plaza de San Ignacio! ¡Rápido!

    Y el taxi salió a toda velocidad hacia el lugar que Antonio le había indicado. Se preguntaba si todos sus amigos estarían ya allí. Seguro que sí, seguro que todos estaban en aquel lugar, y seguía sin entender que nadie le hubiese dicho nada... Podía entender que los demás callasen, pero ¿y ella? ¿Silvia por qué había callado? ¿Quizá porque a ella le dolía tanto como a él todo aquello? ¿Quizá porque no veía otra salida? No lo sabía, y tampoco estaba seguro de poder hallar la respuesta cuando llegase allí. El taxi frenó y lo sacó bruscamente de sus pensamientos. Le pagó y le dejó más de 10 euros de propina, cosa que el taxista agradeció y le preguntó si quería que lo esperase.

    -No gracias... – miró hacia el frente. – O mejor sí, espéreme...

    Subió las escaleras corriendo, de tres en tres y llegó hasta la puerta. Tomó aire, tenía que coger fuerzas para lo que vendría ahora. Inspiró una vez más y con las manos temblorosas abrió la puerta lentamente, queriendo hacer el menor ruido posible. Como imaginaba allí estaban todos sus amigos. El sonido del órgano lo envolvió por completo y entonces la vio. Hermosa, radiante con su vestido de novia. Ahora la notaba más lejos que nunca.

    Le escuchó decir a él ‘Sí quiero’ y como el cura comenzaba a hacerle la misma pregunta a ella. Desde la distancia pudo ver como una lágrima se escapaba por su mejilla y entonces ella levantó la vista, miró hacia atrás y le vio allí, parado delante de la puerta. Con lo primero que había encontrado la noche anterior, cuando se había enterado de que ella se casaba. Sus miradas se cruzaron y volvió a ver la luz en los ojos de ella. Aquella luz que sólo brillaba cuando estaban juntos. Más lágrimas comenzaron a escurrirse por sus mejillas y cerró los ojos. Antonio dio un paso hacia delante, no se creía lo que estaba a punto de hacer y entonces la escuchó a ella. ‘Sí quiero’. Y más lágrimas caían por su rostro.

    Antonio no sabía que decir ni que hacer. La había perdido para siempre, por no haberse decidido a tiempo, por no demostrarle lo que realmente sentía por ella, por no dejar las cosas claras... Se dio la vuelta y bajó las escaleras poco a poco. Se metió en el taxi y le pidió que le llevase otra vez al aeropuerto, no había nada que hacer. Había llegado tarde y todo por culpa de sus miedos e indecisiones. Había perdido a la única mujer a la que había amado de verdad, la única que podía hacerle sonreír en un día triste...

    Supo de ella a través de sus amigos. Supo que al poco de casarse ella se quedó embarazada y que había tenido un niño. Y que después había tenido una niña. Supo que con sus hijos se la miraba radiante, con una sonrisa en los labios, aquella sonrisa que tanto había amado... Silvia tenía todo lo que una mujer podía soñar... Tenía un marido que la quería, una casa, un buen trabajo que no le ocupaba mucho tiempo y unos hijos maravillosos que llenaban su vida de mucha alegría. Y que incluso llenaban aquel vacío que sentía. Porque tenía todo lo que una mujer podía soñar, pero no tenía lo único que necesitaba, el amor de Antonio…”


    *Frase de Ninivé.

2 comentarios:

  1. Comentarios de la entrada original:

    Jara dijo:
    3 diciembre, 2007 en 13:09
    Ay, no te voy a decir nada porque te la iba a criticar, y no querías muchas críticas así que voy a ser buena y te dejo un saludo y besos, muchos.

    Duendecilla-Mun dijo:
    3 diciembre, 2007 en 22:44
    Niobiña, cielo… No debes temer a las críticas. Sé consciente de que toda obra publicada es susceptible de ser criticada. Si temes que te vayan a criticar una obra, es mejor que la guardes para ti, porque en el momento que la sacas a la luz, la expones a todo eso.No se trata de optar al Premio Cervantes, pero considero que las críticas, siempre y cuando sean constructivas, son muy buenas para el artista, para que mejore, sepa corregir sus fallas y explotar su potencial. Sabes que ésa es mi intención cuando critico tus obras; siempre procuro hacerlas desde un punto de vista constructivo y siempre soy honesta.Eres una chica muy sensible, eso puede verse en tu forma de describir los sentimientos de los personajes y los sabes transmitir bien. También tienes un estilo muy sencillo a la hora de escribir y eso es algo muy positivo y difícil de conseguir; no intentes recargarlo sobreexplicando lo que das a entender. Asimismo, te he repetido en diversas ocasiones lo de los clichés: procura poner más de ti en las expresiones, proyectar más el interior de Niobiña en tus escritos, usar más la imaginación para crear tramas más originales… Explota ese potencial sin miedo, meiguita :)¡Ánimo, guapetona!Un beso muy grande,Mun

    María dijo:
    4 diciembre, 2007 en 0:14
    Esta historia… tiene muchos paralelismos con la mía. Son totalmente distintas, pero… a la vez tienen muchos rasgos en común… ¿será que yo también soy muy sensible? ;)
    No sé, hay veces en las que el resultado de lo que uno escribe da igual, lo que importa es sacar fuera fantasmas, dolor, tristeza, pesimismo o lo que sea que a uno le consuma. En base a eso… no hay crítica posible (al menos yo no me atrevo).
    Siempre he dicho que hay que tener mucho valor para rasgarse el alma y dejar que las cosas salgan sin más. Cierto es que no todo el mundo "sabe" escribir, pero tampoco todo el mundo es capaz de soltar la carga que lleva dentro.
    Me estoy enrollando mucho (es sólo pq quiero que entiendas lo que te pretendo decir, pero creo que así será) ;)
    Un besote y ánimo que sólo hay que querer estar bien para poder hacerlo. Bueno… querer y creer que se puede. Vamos a intentarlo al menos, ¿si? ;)

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  2. Asiria dijo:
    4 diciembre, 2007 en 1:45
    Te agradezco la dedicatoria, que para nada merezco, exagerada :) La vida. La vida no son solo turbulencias, sino un cúmulo de momentos inesperados, de oportunidades, de ilusiones y por supuesto que de desilusiones tambien, y sobre todo sentimientos, y no qiuero enrollarme con que es la vida, pero si decirte que ya puedes estar borrando ese "Siento haber escrito esta historia…" Porque hay otro tipo de sentimiento, de siento, de sentir en suma, y será el dolor que sobre tu cabecina produzcan mis collejas!!! :)
    Has escrito una hermosa historia, por entre las entrañas del ser humano que entre lágrimas silencia su deseo aún cuando este luche por alcanzar un sueño, el amor. Describes la extraña fuerza que atrae, que al mismo tiempo separa, pero que permanecerá para siempre en el corazón. La vida, afortunadamente misteriosa
    y bella.
    Un abrazote y a vivir!!!

    Sali dijo:
    4 diciembre, 2007 en 15:48
    Hay varias cosas que me hicieron gracia. El final, que últimamente casi todo lo que leo de tí es pseudo-algo :)
    Y otra, que en medio de turbulencias, él se acordase de \’sus pechos\’ y que eso sirviese para calmarle[yo abría pensado que eso debía ponerle mas nervioso]. Jejeje, no soy quien para judgarle, pero me hizo gracia :)

    Es una historia triste, pero al final ella tiene sus hijos ¿no? Lo peor es que él, después de pegarse el viaje no fué capaz de decir nada.

    ¡Ah! Pero esto no es crítica, está bien escrita y es de rápida lectura. Me gusta.

    Bezitoz!

    wannea dijo:
    4 diciembre, 2007 en 15:57
    mi opinion?? directa como ninguna, quizá ella se cansó de esperar, si es eso no debería arrepentirse de la decisión que tomó y seguir pensando en un Antonio que ya solo pertenece al pasadobessos wapa

    Pedro dijo:
    4 diciembre, 2007 en 20:00
    Sniff, sniff, ¡Que triste! (y no es una crítica) Es una autentica pena, pero es que hay que decidirse, que el que no arriesga no gana, eso lo tengo clarísimo. Y al final pudo el que dirán porque cualquiera de los dos podríoa haber dado el paso.

    M. dijo:
    6 diciembre, 2007 en 12:05
    Yo te puedo decir lo mismo que la paisana Mun. Se nota el estilo con el que escribes porque forma parte de ti, aunque bien mirado es bueno; cada uno debería tener un estilo propio y poder (y saber) jugar con otros.Una historia muy "tuya", como al principio de conocerte.Sí que es cierto que deberías mirarte algunas cosas como los clichés o….-y mira que te lo he dicho mil veces. -, el diferente uso que se les da a los verbos "ver" y "mirar"; que los confundes mucho. ;)Por el resto está muy bien y espero que hayas podido librerar alguna carga que oprimía tu pecho mediante este relato.¿Para cuándo un relato "pseudo-psycho-killer"??? XDBesitos nena!!!Hell.

    Cris dijo:
    9 diciembre, 2007 en 0:43
    Hola Níobe ^^
    De lectura rápida y estilo sencillo…y muy sensible como siempre…
    Como te aconsejaban ya el resto de los compañeros…intenta experimentar y ganarás mucho por que si es cierto que sueles tocar a menudo los mismos temas y te enriquecerá coger caminos alternativos. Cuídate.

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