miércoles, 16 de enero de 2008

CuentaCuentos nº 62 "¿A dónde fueron?"

¿A dónde fueron?

    “- Pasaron varios días hasta que alguien cayó en la cuenta de que los sueños habían desaparecido. Fue entonces cuando todo comenzó a revolucionarse. Sin sueños nada funciona como debería. La gente va por la calle sin mirarse. Tropezando unos con otros y sin darse una disculpa – Nienna puso un video en el que se mostraba el comportamiento que acababa de explicar.
    -Sin sueños no tienen una razón clara por la que levantarse, algo por lo que luchar, por lo que seguir adelante. Y sin esos motivos, un malestar comenzó a crecer en ellos, poco a poco, transformando a las personas en seres desagradables, fríos e irascibles – Elanor hizo aparecer en el proyector la foto de un hombre  antes de la perdida de sueños y otra de después, para hacer más visible el cambio.
    -El mal humor comenzó a generalizarse. Al principio sólo era en las grandes ciudades y urbes. Luego, poco a poco se fue desplazando hacia el extrarradio, aunque allí pareció que se calmaba y dejaba de expandirse, pero no fue así – ahora Nienna desplegó un mapa y les mostró a los demás la superficie afectada hasta el momento.
    -Aquella situación se contagiaba cada vez más rápido y se hizo más fuerte por momentos. Cuando todo esto empezó sólo los adultos mostraban los síntomas de esta extraña situación. Pero ahora, la franja de edad va en disminución. Cada vez niños más pequeños dan muestra de malestar, de desilusión, y eso no se puede permitir – Elanor pasó a la siguiente foto y quedó a la vista de todos la foto de un niño sonriente.
    -Los adultos han perdido los sueños, pero los niños no pueden dejar de tenerlos, no pueden perder los suyos. Los niños son el futuro y si los niños pierden la ilusión todo acabará, todo desaparecerá. Incluso nosotros... – añadió Nienna bajando los ojos.
    -Muy bien Nienna, ¿y qué pretendes? – preguntó la reina Uruviël.
    -Mi señora, todavía no tengo un plan decidido, pero la idea está en no dejar que los niños más pequeños pierdan sus sueños.
    -¿Y cómo sabes que los niños aún sueñan? – preguntó inquisitiva la reina.
    -Pues verá majestad. Elanor ha fabricado un cazador de sueños. Cada vez que detecta un sueño se ilumina de color blanco y si detecta una pesadilla se ilumina de color rojo y la absorbe.
    -Eso está muy bien, pero no responde a mi pregunta.
    -Pues tengo que decir, muy a mi pesar, que estas últimas noches hemos estado haciendo incursiones entre ellos – respondió Elanor. - Y hemos detectado un alto índice de pesadillas entre los adultos, pero en la gran mayoría de los niños sólo encontramos sueños blancos. Aunque también tengo que decir, que la franja de edad ha vuelto a bajar... Ahora sólo los niños menores de 7 años tienen sueños.
    -Así que si no actuamos pronto...
    -Desapareceremos majestad.

    Se hizo un silencio sepulcral en la sala. Todo el mundo las miraba allí en el centro de la estancia, ante el trono de la reina, con un extraño aparato entre manos, que parecía una red tejida por una araña. Nadie se atrevía a decir nada. Todos observaban en pasmoso silencio a la reina y a las dos jóvenes que le habían pedido audiencia urgente.

    Elanor era quizá uno de los cerebros más privilegiados con los que contaban, y confiaban en ella más que en sí mismos, así que si ella estaba convencida de que aquel artilugio funcionaba, tenía que funcionar... Y la admiraban por haber tenido el valor de desobedecer las leyes. Y a su lado Nienna. Nadie concebía como había tenido el valor de hablar con la reina y aún por encima decirle que había salido sin su permiso. Era por todos sabido que la reina tenía gran estima a su familia, pero siempre había creído que era una joven inconformista a la que no le gustaba acatar las reglas.

    -Nienna, esta vez has incumplido la norma más importante de todas. Salir sin permiso, y sabes que eso merece un castigo ejemplar – dijo Uruviël. – Pero es cierto que lo has hecho por el bien de todos nosotros, y eso merece mi respeto y admiración.

    Todo el mundo miraba a la reina, casi sin respirar, no querían perderse ni una sola de sus palabras, porque sabían que estaba a punto de decir algo importante para todos ellos.

    -Tú, Elanor, Nindë, Tathar, Elwë y mi hijo, Turgon, seréis los encargados de esta misión. Debéis devolver los sueños a los niños, y evitar el avance de esa sombra negra que se cierne sobre nosotros...
    -Mi señora. ¿Cree conveniente que su hijo nos acompañe? Es el futuro rey y podría salir lastimado de esta contienda – dijo Tathar, jefe de la guardia real.
    -Mi leal Tathar... Si este plan no funciona, todos desapareceremos. Así que no habría motivos para proteger al príncipe. Y si salís victoriosos de esto, eso espero, Turgon habrá ayudado a ello, y un rey debe poner su vida, por la de los suyos. Partiréis mañana, así que podéis ir a descansar, será lo mejor.

    Se retiró todo el mundo y la gran sala de recepción quedó casi vacía. En el centro Elanor y Nienna observaban en silencio como el cazador de sueños permanecía oscuro, sin brillo, sintiendo que el tiempo se estaba agotando.

    -¿Por qué no les has dicho que nosotros también hemos perdido los sueños? – preguntó Elanor.
    -Porque si no tenemos el sueño, la ilusión, la esperanza de que todo va a salir bien, esta ya es una misión perdida... – respondió mirando tristemente a los ojos de su compañera.”


    *Frase de Brian Edgard Hyde.
    ¿Continuará?

1 comentario:

  1. Comentarios de la entrada original:

    Pedro dijo:
    16 enero, 2008 en 19:20
    ¿Como que "¿Continuará? "? ¡Pues claro que tiene que continuar! Has conseguido un cuento infantil e inocente muy chulo. Además muy bien cortado ahí con toda la incertidumbre de los sueños.


    Un saludo,

    Pedro.

    María dijo:
    16 enero, 2008 en 22:59
    ¿Sabes? Me ha recordado mucho a "La historia Intermibale" y a esa "NADA" que se lo iba tragando todo…
    ¡qué continúe, qué continúe!

    Besotes y aplausos a montones!

    P.D. Mi relato de esta semana… precisa de tu crítica, ¿vale? ;)

    Livtrase dijo:
    17 enero, 2008 en 0:25
    Si… claro que debe continuar!!!

    Asiria dijo:
    17 enero, 2008 en 23:50
    Mezcla de epopeyas, cuentos y épica, tu historia va incrementando la tensión y atención a medida que avanza, dividiéndose entre la que partirá a la misión y la que permanece en el secreto de ambas protagonistas. El desenlace? Aguardamos la continuación. A seguir escribiendo!
    Un abrazo!

    Yol dijo:
    18 enero, 2008 en 9:49
    Jajajajaj yo me parto… a ver, no por nada, que conste que el
    cuento es precioso y está lleno de magia, sino porque parece una especie de versión alternativa o tal vez una continuación del que he hecho yo esta semana – por supuesto el mío es un poquito más surrealista y serio :P- pero vamos que me voy impresionada (y
    flipada!) por la conexión que hemos tenido sin haberlo preparado. Es casi como si por fin hubiéramos escrito algo juntitas.

    Un beso cosa bonita … Me has dejado con una sonrisa de oreja a oreja :D

    LUC-ROC dijo:
    18 enero, 2008 en 11:45
    Hace mucho que no me paso por aquí y veo que has ido creciendo y creciendo como escritora amiga mía. Al contrario que en tu relato, lo tuyo va en aumento y no hay fuerzas que puedan impedir eso.Me uno al reclamo popular y pido encarecidamente que continúes el relato. Un abrazo.

    Jara dijo:
    18 enero, 2008 en 20:14
    Hombre pues aunque sea sólo por saber que pasa deberías continuarla ¿no? ;)

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