jueves, 17 de abril de 2008

CuentaCuentos nº 75 "El beso"

El beso

    “La oscuridad lo envolvió todo, y supo que cuando volviese la luz todo habría cambiado. Estaba nerviosa. Temblaba. Se sentía como una niña pequeña. No era la primera vez que iba a hacerlo, pero sí la primera con él, y eso es lo que la ponía nerviosa. Le miraba a los ojos y casi podía verse reflejada en ellos. Brillaban mucho, casi podría decir que más que nunca, y sería cierto, porque su mirada escondía algo diferente, algo que hasta ahora nunca había estado ahí. ¿Quizá el deseo cumplido de tenerla entre sus brazos?

    No sabía qué hacer. Quería besarle, pero su cuerpo no le respondía. No la dejaba moverse, parecía que estuviese clavada al suelo, y le veía acercarse. Lentamente, en silencio, sin apartar los ojos de los ella, hasta que él venció la batalla y tímidamente, ella apartó la mirada. Sintió como sus brazos la rodeaban y su respiración se volvió más acompasada. Cada movimiento de las manos de él sobre su cuerpo la hacía temblar sin poder evitarlo. No sabía por qué su cuerpo reaccionaba así. Quería ser fuerte, hacerle ver que no estaba nerviosa, ella no era así. Pero él le hacía sentir mil sensaciones y volvía a sentirse como si fuese nueva en todo aquello...

    Una nueva caricia, otra respiración profunda. Sentía como todo su pecho se llenaba de aire, para luego soltarlo lentamente en un suave suspiro, casi imperceptible, como un susurro, y que hacía que en los labios de él, apareciese aquella sonrisa tan pícara que a ella no hacía más que sonrojarla. Volvía a mirar sus ojos. Su forma de mirarla ahora era diferente. Siempre la había visto con timidez, desde la distancia, entre las sombras, como escondido. Y ahora la miraba de frente, sin esquivar su mirada y ella quería ser fuerte. Quería mantenerle la mirada.

    -Por fin te tengo. Ya eres mía...
    -Sí.
    -¿Y por qué tiemblas? Tú no eres así...
    -No, pero contigo es diferente, tú me haces sentir así.

    Y aquellos labios estaban cada vez más cerca de los suyos y se iba preparando para el beso que vendría. Pensaba en si cerrar los ojos o mirarle mientras se besaban. ¿Pero qué más daba lo que ella quisiera si su cuerpo decidiría por ella? Y así fue... Por fin sintió sus labios cálidos sobre los suyos, y en ese justo instante todo pareció detenerse para los dos. Entre ellos no había ni un solo espacio sin rellenar de deseo, de pasión, de ilusión, de ganas, de amor...

    Se dejó arrastrar por todo lo que sentía y por su cuerpo comenzó a recorrer una nueva sensación de felicidad, y le gustaba. Volvía a sentir que todo estaba bien, que nada podía ir mal, que al fin había llegado el momento de ser feliz de nuevo. El roce de sus labios, de su cuerpo la volvía loca. No quería separarse de él, no quería tenerle lejos, deseaba fundirse en un solo ser junto a él... Y quizá en aquel momento lo consiguió. Unir sus almas para siempre, porque estuviesen donde estuviesen y sin importar la distancia entre ambos, siempre se sentían el uno junto al otro...”


    *Mi frase.

1 comentario:

  1. Comentarios de la entrada original:

    Carlos dijo...
    Pues muchas gracias por la dedicatoria :)
    La intensidad de un momento ralentizada en palabras de mar.
    Una puerta!!
    19/4/08 20:23

    wannea dijo...
    pero que bonitoooooooooooooo!!! yo estoy intentando escribir algo... pero es que no me sale nada!!! eso va a ser de tanto estres, voy a buscar a alguien como el de tu historia para que me desestrese!!!!
    bessos wapa!!!!!
    20/4/08 18:44

    ResponderEliminar

Siéntete libre de compartir tus impresiones de lo que has leído. Un Feedback nunca viene mal y siempre es bien recibido.