domingo, 18 de diciembre de 2011

CuentaCuentos nº 94 "Farah"

Para lee este relato es necesario haber leído Encuentro en el Ahal , Acto de rebeldía , Tomando las riendas y Buscando el lado bueno de las cosas para ver la historia completa.

Farah

    "Tenía la sensación de haber escuchado tantas veces esa Canción... Farah había pensado desde pequeña que cuando se enamorase tendría que sentir algo especial, que una melodía especialmente maravillosa sonaría a su alrededor para que ella supiese que él era el adecuado para ella. Tantas noches había soñado con cómo sería esa canción que sin haberla escuchado nunca su corazón ya estaba marcando el ritmo... Ahí estaba su tuareg, el hombre de los ojos de jade. Sí, había decidido que siempre le llamaría así, porque eso había sido lo que la enamoró, lo que la ayudó a dar el paso, a revelarse ante su Baaba con tan insólita petición. Sabía que no tenía más que un día, su promesa estaba presente en su cabeza, pero no en su corazón. Mirándole no parecía pasar el tiempo.

    Se perdía en sus manos fuertes, en la frescura que desprendía, en cada pliegue que su ropa hacía sobre su cuerpo, en el mar de jade que eran sus ojos y cada vez se adentraba más y más en sus deseos. Intentaba acallarlos, pero jamás había sentido algo así por nadie y no sabía lo fuerte que podía a llegar a ser el... Lo increíble que podía ser el... ¿El qué? ¿Estaba dispuesta a decirlo? Porque si no era capaz de admitirlo, lo mejor sería que en ese mismo momento diese media vuelta, volviese al ehe junto a su baaba y aceptase lo que él hubiera decidido para su futuro. Pero no es lo que ella quería. ¿Entonces por qué no podía si quiera pensarlo? Decir la palabra en alto. Quizá porque hasta ese momento tampoco había pensado nunca en el rechazo, en lo importante que era para ella ser aceptada, deseada por alguien, por un hombre, por su imghad de ojos de jade. Hasta ese momento siempre había huido de las tradiciones, de ser una más, de ser como las demás y en ese momento temía que todo eso fuese lo que la pudiera separar de su tuareg.

    Pero Farah no estaba dispuesta a rendirse. No. Había llegado hasta allí y tenía que terminar con aquello, fuese del modo que fuese, y para eso antes tendría que aceptarse ella misma y aceptar sus sentimientos. Se sentó en el suelo, junto a una hoguera pequeña mientras se paraba a ordenar sus pensamientos. Sin darse cuenta, ya no estaba sola. Él y sus ojos de jade ocupaban el lugar opuesto junto al fuego. La miraba entre las llamas. Se sentía arder, como si en realidad estuviese sentada sobre el mismo fuego. Le miraba fijamente, sólo podía ver una ínfima parte de su rosto. Él le devolvía la mirada. Así estuvieron gran parte de la noche. Farah sentía como su corazón se había acompasado a la forma de respirar de él y de repente lo vio. Si no estuviera estudiando lo poco que podía ver de su rostro jamás se hubiera dado cuenta. Él en una fracción de segundo desvió sus ojos de jade al suelo y al mismo tiempo notó como aparecían pequeñas arrugas a los lados de sus ojos, mientras los entrecerraba un poco y lo poco que veía de sus mejillas se habían hinchado y sonrojado. Él había sonreído...

    -Amor...

    Y tras esta palabra Farah cayó rendida sobre la arena. No sabía cuanto tiempo llevaba ya sin dormir y su cuerpo tomó el control. Todos y cada uno de sus sueños estuvieron dedicados a él. Al tuareg, a sus ojos, al amor que sentía por él... Sí amor, lo sabía con toda seguridad y ahora le tocaba luchar por él...

    -Farah, despierta. ¿Estás bien hija?
    -¿Baaba, dónde estoy?
    -Tranquila, estás en el ehe. Te desmayaste. Delirabas. No has comido bien y casi no has dormido los últimos días, no sé ni como lograste mantenerte en pie tanto tiempo.
    -Padre, encontré al imghad, solo tengo que hablar con él y...
    -Farah, hija, han pasado tres días.
    -Pero...
   -¿Recuerdas nuestra promesa? Un día y después, pasase lo que pasase, aceptarías mi decisión.
    -Sí baaba.

    El corazón de Farah se detuvo en aquel instante. No dejó de latir, pero si de sentir. Sabía que tenía que cumplir con su promesa. Ojalá no se hubiera desmayado. Ojalá le hubiera dicho lo que sentía a su tuareg. Ojalá no tardase tanto en reconocer que estaba enamorada. Enamorada... Ahora que había conocido el amor tenía que esconderlo bien profundo dentro de ella, para que nadie lo notase, para que nadie pudiera destruirlo o arrebatárselo... Comió algo que le trajo su madre. Sin decir nada la abrazó. Su madre sabía exactamente por lo que ella estaba pasando y no necesitaban decirse nada. La reconfortó que ella estuviera allí para apoyarla. Deseó volver a ser una niña. Deseó haber acatado las normas desde niña. Deseo no haberse enamorado. Y entonces un dolor en el pecho la devolvió a la realidad. No. Era mejor haber amado que no haberlo hecho nunca, al menos tendría un buen recuerdo para el resto de su vida.

    Se preparó con sus mejores galas y salió fuera del ehe. Tenía que reunirse con su padre para que le presentase al que sería su esposo. Sacó fuerzas y guardó su lágrimas y caminó con paso vacilante hasta donde todos la esperaban, aquel era un acontecimiento que nadie quería perderse. Llegó junto a su padre con la mirada perdida en la arena, se sentía incapaz de levantar el rostro porque sabía que podía esconder las lágrimas, pero no la tristeza.

    -Farah, hija mía. He elegido lo mejor que he podido al hombre que será tu esposo. A partir de ahora él será el que cuide de ti y te trate como te mereces.
    -No se preocupe baaba, sé que ha sido así...
    -Sólo una cosa más, por si sirve de algo, quiero que sepas que él fue el que te trajo al ehe cuando te desmayaste.
    -Padre...
    -Farah, por favor, quítate el niqab.
    -¡Pero eso va contra las leyes!
    -Por favor, hija... Muy bien, y ahora recuerda lo mucho que te quiero, y conoce al hombre que será tu esposo...

    Farah no terminó de escuchar la frase de su padre. Estaba viendo por primera vez el rostro del hombre con el que se iba a casar, pero ella ya estaba perdida en el mar de sus ojos de jade..."



    *Frase de Fernez.

1 comentario:

  1. Comentarios de la entrada original:

    Sara dijo...
    ¡Qué final más bonito! Estaba con el corazón en un puño leyendo el final, afortunadamente Farah ha conseguido finalmente sus ojos de jade.
    19/12/11 09:44

    Sara dijo...
    Menos mal... no te habría perdonado que la hubieras entregado a otros brazos ^.^ ¡lo que me pueden llegar a gustar estos finales!...
    Besotes!
    19/12/11 16:26

    Hell dijo...
    Osti...
    Al final acabaste el megarelato que una vez, hace tiempo, comenzaste... y muy bien acabado.
    Un final feliz para una historia mágica, extraída desde el interior de una lámpara maravillosa, envuelta en sedas moradas y vivas.
    Muy bien, Níobe.
    Me ha gustado ese final. No esperaba otro.
    :)
    Hell.
    19/12/11 17:46

    Carlos dijo...
    Te felicito por la historia, no solo este capítulo sino en su conjunto, conjugando documentación y ficción de tal forma que el escenario creado recreaba muy bien la sociedad en que tenía lugar.
    Y que delgada resulta la línea que separa la ficción de cualquier noticia que dan los informativos de tierras en donde este relato sería hoy en día algo normal.
    Una historia de amor pero al mismo tiempo una llamada de atención para no olvidar a tantas Farah que no tienen tanta suerte.
    Un portazo!
    19/12/11 20:18

    atenea dijo...
    Por fin le has dado el final que merecía a la historia de Farah (y, por cierto, haces bien en dedicárselo a Wannea por recordártelo, que te ha quedado redondo jeje).
    Lo que empezó siendo "algo diferente" ha acabado siendo una gran historia :) Me ha encantado, de principio a fin... y que sepas que no te habría perdonado si llegas a hacer que la pobre Farah se case con vete tú a saber quién xDDD
    Genial wapa :) Muuua!!
    19/12/11 20:54

    fernyez dijo...
    Hola Niobiña. Muy bonita la historia y muy bien contada. Me alegro que con mi frase te haya llegado la inspiración.
    ¡Saludos! :)
    19/12/11 21:57

    El mundo de Yas (Andrés) dijo...
    La verdad me lo tengo que leer todo con la calma porque no conozco la historia, así que me niego a leer esta hasta leer el resto, pero me tienes que dar un tiempo ok??? jejeje. Pero por lo que veo en los demás, pacere que la has bordado, ya te lo diré prometido.
    Mundoyás.
    20/12/11 12:38

    wannea dijo...
    siiiiiiiiiiiiiiiiii!!!! lo sabia lo sabia lo sabia!!!!!!! sabia que al final lo conseguiría!!!!! weeeeee!!!! si!!! a veces las cosas si se desean mucho al final se consiguen, bessos!!
    PD: me alegro mil que te decidieras a terminarla ;)
    20/12/11 19:27

    Malena dijo...
    Ayss qué me gustan los finales felices!!! me has puesto la piel de gallina y todo. Si señorita, así se escribe un buen final para una historia con tanto amor :D
    21/12/11 00:47

    Emma Grandes dijo...
    Precioso final para una gran historia. No podía ser de otra forma! Creo que era lo que todos estábamos esperando!!!! Enhorabuena, una vez más! Besitos desde mi mirilla ;)
    21/12/11 10:18

    Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄ƷSechatƸ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ dijo...
    Un final maravilloso que estaba ansiosa de leer algún día desde que iniciaste la historia de Farah. Por un instante he creído que no iba a poder compartir su vida con él, pero su padre la quería de verdad y le ha brindado la oportunidad de ser feliz. Tremenda generosidad la suya en una cultura sujeta a tradiciones muy estrictas.
    ¡Genial!
    Besotes.
    22/12/11 01:02

    Jara dijo...
    Me esperaba ese final conociéndote pero me ha encantado poder leerte. Recuerdo esta historia desde su principio.
    un besote
    25/12/11 22:35

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