lunes, 25 de febrero de 2008

CuentaCuentos nº 68 "Motivos"

Motivos...

    "-Al final, se rompió la tetera. - dijo Sofía.
    -Bueno, no pasa nada - respondió Bruno. - Ya compraremos otra.
    -Se ha roto... - y rompió a llorar.

    Eran las cinco de la madrugada de un sábado. Bruno acababa de llegar de una cena de negocios. Había hecho el menor ruido posible para no despertarla, pero por lo visto no estaba dormida. No había sido capaz de conciliar el sueño. La luz de la luna entraba por la ventana del dormitorio y se filtraba a través de las cortinas, bañando con su pálida luz la habitación. Bajo el resplandor de la luna casi parecía la misma de hacía diez años. Verdaderamente era hermosa y muchas veces se repetía la suerte que había tenido. Todos sus compañeros de trabajo le envidiaban y eso le hacía sentirse más orgulloso.

    Se quedó mirándola un buen rato en silencio, dudando entre si abrazarla o no. ¿La quería? Por supuesto que sí, pero le parecía muy extraño que estuviese así por una estúpida tetera. Y se puso a recordar cuando la habían comprado. Había sido dos días antes de su boda. Les quedaban aún unas cosas por comprar y por eso decidieron ir de compras. Entraron en multitud de tiendas y compraron lo necesario, tirando de tarjeta y dejando su dirección para que se lo llevasen a casa. Menos mal que la madre de Sofía se había ofrecido a quedarse pendiente de recibir todo lo que habían comprado mientras ellos estuviesen de luna de miel, para que lo encontrasen todo perfecto y preparado al regresar.

    Recordó que Sofía había visto aquella tetera en una tienda y prácticamente se había enamorado de ella, pero él se había negado a comprarla. Recordó que ella, entre juegos, había hecho un pucherito con los labios y sin saberlo, eso le había ablandado el corazón. Se habían metido en la tienda de al lado y mientras ella miraba unas alfombras que le enseñaba el amable vendedor, él se había escapado hasta la otra tienda y le había comprado aquella tetera. Recordaba perfectamente su cara cuando se la dio al llegar a casa.

    -¿La has comprado?
    -No, la he robado...
    -¿Qué?
    -Anda tonta, claro que la he comprado. Para ti... - dijo Bruno antes de darle un beso. - Quizá pueda ser un símbolo de nuestro amor, ¿no te parece?

    Y volvió a verla. Quizá por eso estaba así con la rotura de la tetera. Quizá ella también recordaba aquel momento y ahora al verla hecha pedazos, se había puesto triste. No sabía que decirle. Miraba la habitación en la oscuridad y cerca de la cama, en una silla, pudo ver una de sus camisas. ¿Cuánto tiempo llevaba allí? Era raro que no la hubiera puesto a lavar con lo ordenada que ella era... En la oscuridad distinguió algo raro en ella, y entrecerró los ojos para tratar de distinguirlo, y en el cuello pudo ver perfectamente, una marca de barra de labios. Todo su cuerpo se erizó con un escalofrío que le hizo taparse aún más.

    Miró a Sofía de reojo, y volvió a ver la camisa. Siempre había sido muy cuidadoso y no sabía cómo podía habérsele pasado algo tan evidente como aquello. Seguro que estaba así por esa mancha de la camisa, pero entonces ¿por qué había hablado de la tetera? ¿Quizá por el recuerdo de sus palabras aquel día?

    -Sofía, ¿la tetera...?
    -Sí, ¡la he roto yo!

    No hizo falta decir nada más. Se quedó en silencio, mirándola, siendo consciente de que tenía que grabar su imagen en su retina y en su memoria para siempre, porque aquella sería la última noche que ella le dejaría pasar a su lado..."


    *Frase de La Oruga.

1 comentario:

  1. Comentarios de la entrada original:

    Carlos dijo...
    Como va tornándose todo,desde la incredulidad inicial,desde la situación de control,al desplome y resquebrajamiento de todo en cuestión del tiempo de una mirada,de un silencio.En ese momento se rompió algo más que la tetera.Un instante intenso y bien llevado!
    Un abrazo
    25/2/08 21:44

    Jara dijo...
    Porque a veces las teteras son algo más que eso.
    1 besito
    Jara
    26/2/08 01:44

    ______________ dijo...
    Vaya, cuanto pueden llegar a significar las pequeñas cosas y como un detalle que puede parecer insignificante puede ser tan importante. Me ha gustado el tema que le has dado y el argumento :)
    Un abrazo,
    Pedro.
    27/2/08 12:01

    Sureña dijo...
    Qué importantes son los símbolos...entiendo tanto la reacción de ella!
    Me ha gustado mucho! besos
    27/2/08 17:22

    Popi dijo...
    Lo malo de los símbolos es que ocupan el espacio que deberían ocupar las palabras y claro, luego las teteras se rompen y esas cosas de la vida.
    Un beso!
    Por cierto, no recuerdo cuándo se me ocurrió lo del cuadrado; fue una tarde de viernes, mientras hacía tiempo para ir a una cena. La hora no llegaba y cogí una libreta en la que empecé a garabatear. Salió un cuadrado, dos triángulos... y más cosas que no he puesto porque seguramente la extensión hubiese sido desorbitada, pero todo se escribirá en su momento justo.Esto era sólo un ensayo.
    :)
    2/3/08 09:05

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