El traslado
“Nunca he sabido hacer el
equipaje, y no voy a cambiar ahora…- pensó
– sigo siendo el mismo desastre, y aún así no me han cogido…
Estaba absorto en sus pensamientos mientras trataba de recoger todo sus artilugios…
Bisturí, tijeras, cuchillos, sierras… Todo un arsenal de torturas. Elegía con
precaución mientras, en frente, unos ojos llenos de terror le observaban, no se
perdían ni un solo movimiento…
-Tranquilo. Todo terminará muy pronto. Sólo un poco más, aún no me he divertido
lo suficiente contigo.
Los ojos de su víctima se abrieron de par en par. Intentó escaparse una vez
más, pero como todas las anteriores, fue inútil. Al final se decidió por unos
alicates y un cuchillo bien afilado. Se acercó lentamente hacia aquellos ojos
que le veían suplicando clemencia, suplicando un perdón que no llegaría…
Le cogió una mano, y sin contemplaciones le cortó varios dedos. El silencio le
envolvía. Era increíble verle retorcerse de dolor, abrir la boca y no decir
nada. Por eso le había cortado la lengua, para evitar el escándalo. Disfrutaba
de lo que hacía, pero ya casi era la hora de irse, así que con un movimiento
fuerte y veloz le clavó el cuchillo entre los ojos. Aquellos ojos que para
siempre demostrarían sus últimos minutos de terror.
Como pudo recogió sus cosas, las metió en el maletero de su coche y se marchó
dejando el cadáver allí. No tenía miedo, porque no era la primera vez que lo
hacía. Nunca le habían pillado, y ahora que se tenía que mudar por trabajo aún
se preocupaba menos todavía… Puso rumbo a su nuevo destino tranquilamente. Sin
remordimientos por lo que acababa de hacer. Recordaba cada instante y una
sonrisa de placer asomaba a sus labios.
El camino era largo, pero disfrutaba pensando en todo lo que podría hacer en su
nuevo domicilio… Sabía que volvería a hacerlo, porque lo disfrutaba más que
nada en el mundo. A lo lejos en el arcén vio un coche detenido y se paró
a prestar ayuda. Era una joven muy hermosa… Levantó el capó y le dijo que
tratase de arrancarlo, y al rato dijo:
-Ya sé lo que tiene, ven a ver…
La muchacha salió del coche y se asomó a la parte delantera . Él le señaló
algo y ella, para verlo, tuvo que inclinarse al máximo sobre el capó. Él
aprovechó el momento para bajar el capó de golpe sobre ella y dejarla casi sin
consciencia. Cogió su cuerpo y se la llevó entre los matorrales que había al
lado de la carretera. Allí comenzó a golpearla hasta que casi no podía moverse
del dolor. Fue al coche a por sus herramientas, pero se dio cuenta de que no
era buen sitio para toda la parafernalia, así que cogió simplemente un rollo de
cinta de embalaje.
La inmovilizó y la amordazó. Cuando ya todo estuvo listo, la hizo reaccionar y
tras ver el temor reflejado en aquellos ojos verdes, le tapó también la nariz y
la boca con la cinta. Desde lejos vio como se iba apagando su vida, poco a
poco. Estaba disfrutando con el espectáculo. Sólo lamentaba que terminase tan
pronto… Después dejó el cuerpo sin vida de la chica entre aquellos matojos, y
siguió su camino.
Aquella noche durmió en un motel y casi no pegó ojo porque en la habitación de
al lado había una parejita haciendo mucho escándalo… Se alegraba por ellos,
pero quería dormir… Tuvo la tentación de ir allí y saciarse con ellos, pero era
una locura. Sabe dios cómo sería aquel hombre para conseguir hacer gritar así a
una mujer…
Por la mañana y con mucho sueño reemprendió su camino y paró a desayunar en una
tasca de carretera. Con la excepción de la chica, su viaje estaba siendo muy
tranquilo, y eso estaba bien, pero por otra parte le ponía nervioso. Un pitido
le sacó de sus pensamientos y vio que acababa de entrar en la reserva. Decidió
parar en la siguiente gasolinera y así olvidarse de aquello cuanto antes. En
cuanto vio el desvío se metió en él, y mientras le llenaban el depósito
aprovechó para ir al servicio. Se metió en uno de los cuartos de baño. No le
gustaba hacer sus necesidades delante de desconocidos… Entonces oyó abrir la
puerta y sintió los pasos de un hombre silbando. La verdad es que no le
gustaban los silbidos, lo ponían nervioso, y aquel hombre no cesaba en su
cantinela, una y otra vez…
Abrió la puerta del cubículo con cuidadoso silencio. Sacó del bolsillo trasero
de su pantalón un pequeño bisturí que siempre llevaba encima y se acercó al
hombre silbante sigilosamente. Le cogió desprevenido, le echó la cabeza hacia
abajo para evitar el roce con los huesos y tendones y de un brusco corte le
seccionó el cuello. Lo dejó caer al suelo como si tal cosa. Limpió el
bisturí en el lavabo y se marchó apresuradamente. Menos mal que siempre llevaba
encima aquel bisturí…
Se montó en su coche, puso música y continuó su camino. Tras un par de horas,
por la radio comenzaron a dar noticias de que habían encontrado dos cadáveres
en aquella carretera y que se estaban preparando controles en todas las vías. Escuchó
atentamente, pero sólo por simple curiosidad. Estaba muy tranquilo. No iba a
pasarle nada, así que ¿para qué preocuparse?
Llegó al control y lo pasó sin ningún percance. Ni siquiera le registraron el
automóvil… Sabía que todo sería así, por eso estaba tan calmado… Una hora más
tarde llegó a su destino, a su nuevo trabajo. Llegaba un poco tarde, aquella
chica le había entretenido más de la cuenta, pero estaba satisfecho con todo lo
sucedido. Entró en el edificio como si fuese suyo. Como si ya llevase años
caminando por aquellos pasillos. Se acercó al mostrador donde un joven le
atendió:
-Sí, dígame su nombre y el motivo de su visita, por favor…
-Soy James Morgan…
Aquel joven le miró un segundo, se giró hacia todos los demás y alzando la voz
dijo:
-¡Chicos atended! El nuevo Comisario ha llegado…”
*Frase de Carabiru.
Comentarios de la entrada original:
ResponderEliminarluzdeluna dijo:
16 abril, 2007 en 18:42
¡QUE ANGUSTIA!, HOY NO SE SI PODRÉ DORMIR..
maria jose dijo:
16 abril, 2007 en 23:31
No sólo me das al asesino, sino que vas dejando un bonito rastro de cadáveres a tu paso… ¡cómo me encanta!…
Entre las dos dominaríamos el mundo, nena, o, por lo menos, nos quedaríamos solas jajaja.
MUCHAS MUCHAS GRACIAS! :)
Jara dijo:
16 abril, 2007 en 23:53
bueno bueno, un asesino anda suelto y el hijo puta encima es comisario…
Vaya tela!!!
Y esto es un encargo no? miedo me da…. jajjaja
pd: imposible olvidarte porque siempre estás presente.
besines guapa
Unknown dijo:
17 abril, 2007 en 8:44
¡¡CLAP!! ¡¡CLAP!! ¡¡CALP!!
Por cierto, ¿James Morgan es el congresista, el ingeniero o el músico?
Aarón dijo:
17 abril, 2007 en 9:40
Me ha encantado…hacia la mitad del relato ya empezaba a mosquearme la tranquilidad con la que se movía, la despreocupación por ser detenido…claro, con una chapa en el pecho es muuuuuucho más fácil. Eso sí, sigue mosqueandome tu fijación con los instrumentos de tortura. recuerdame que no me quede a solas contigo ni una vez! ajajaa
Un beso, niña…
Laura dijo:
17 abril, 2007 en 12:44
Pero que cacho capullo el inspector!!! Cabrito!!!! Ay de verdad, que me tienes acojonaia con este asesino, el mas frio y sin remordimientos que he visto por Cuentcuentos, pero que dura!!!
Mil besitossss
Óscar dijo:
17 abril, 2007 en 13:37
Vaya pedazo de historia!!!!! me recordó muchísimo a la película "Hostel" por la diversión que le causa cada nueva tortura. Lo más incrible de todo es que fuera el comisario mismo…madre mía que gran final.
Me gustó mucho, mucho.
Un abrazo!
LUC-ROC dijo:
18 abril, 2007 en 9:48
Una historia de asesinos con esta frase es bien difíl, pero tú además, los tienes a todos amedrantados jejejej. Se nota que te gusta asustar. Besitos.
Jose Alberto dijo:
18 abril, 2007 en 14:18
Pues a mí sí que me ha gustado, sobre todo gracias a la sorpresa final. Intuía que iba a haber sorpresa, pero no sabía de qué tipo y me has sorprendido, jajaja. Lo único, pues a lo mejor alguna explicación para entender por qué mata, pero por lo demás… chapeau! Creo que Mj puede estar contenta con esta historia de asesinos, jeje.
Besos mil, nos leemos!
beatriz dijo:
19 abril, 2007 en 0:07
Joder nena, así nos va, asi nos va, con estas fuerzas de la seguridad. Me ha gustado el relato, además de la sorpresa final. Tendré cuidadín con los comisarios a partir de ahora
Asiria dijo:
19 abril, 2007 en 17:59
Por finnnn!!! Bueno ahí va encerrado un tiempo de múltiples tentativas fallidas :) Pero por fin puedo leer y comentar. Y por tardar pasa que casi ta todo dicho o al menos la direcciòn que toman los comentarios: Chapeau!! Níobe! Magnífico giro, casi terremoto, el que das al final de la historia. Un relato cuya lectura marca muy bien los tiempos, las pausas en que uno coge aire para rápidamente respirar aceleradamente ante la tensión y ese odio in crescendo hacia el personaje hasta que….nos derrotas con tan espectacular final.Quien lo detendrá ahora :o ??
Un abrazo enorme!