miércoles, 12 de marzo de 2008

CuentaCuentos nº 70 "Momentos"

Momentos

    “-Soy el mendigo que sólo acepta sueños.
    -Pero ¿de verdad que no quiere un par de monedas para tomarse un café?
    -No chiquilla, gracias. Si los del bar de enfrente siempre me traen un cola.cao caliente a media tarde.
    -¿Y sólo toma eso en todo el día?
    -No, claro que no. En el centro social me dan un desayuno, comida, cena y un lugar cómodo y calentito en el que dormir. Por eso no pido limosna, porque ya estoy muy agradecido por todo lo que recibo...
    -¿Y cómo es eso de que sólo acepta sueños?
    -Pues verás. Me siento cada día en un lugar diferente. Y cuando alguien me quiere dar unas monedas le ofrezco un pedacito de papel y un bolígrafo y les digo que únicamente me escriban algo que deseen mucho, algo que anhelen conseguir.
    -Un sueño...
    -Exacto, y al terminar el día, cuando ya me voy a dormir abro los papelitos y los leo, y veo todas aquellas cosas que quieren conseguir.
    -¿Y qué tal?
    -Algunas veces me encuentro con algunos que no me gustan, pero siempre, siempre hay alguno que me hace sonreír y consigue que duerma plácidamente.
    -¿De verdad? ¿Sólo con conocer los sueños de los demás?
    -Pues sí querida. Mira, si hoy te quedas charlando conmigo hasta que me vaya te dejaré ver el que más me emocione hoy.
    -Está bien. Porque me ha entrado la curiosidad.
    -Pues saciarla sólo es cosa de tiempo, querida.

    Lidia pasó el resto de la tarde con aquel vagabundo tan peculiar, que en el fondo no parecía un sin techo como los demás. Tenía algo especial que hacía que se sintiese bien allí con él. Se había parado con él cuando iba a echarle un par de monedas y vio todos aquellos papelitos, y movida por la curiosidad tuvo que preguntarle que eran, y él muy amablemente le contó su historia.

    Tenía una barba muy bien cuidada, quizá demasiado para ser un mendigo corriente, y era extremadamente educado, no como los otros, que te insultaban si no les echabas dinero, y quizá fue eso mismo lo que la hizo confiar en él. Hablaron durante horas de mil cosas y se sorprendió al ver que había pasado tan rápido el tiempo sin darse apenas cuenta. Menos mal que nadie la esperaba, o empezarían a echarla en falta.

    -Bueno, ya es hora. Voy a leerlos y te mostraré el más hermoso de hoy.
    -Vale, sin prisas. Me lo he pasado muy bien charlando contigo hoy...

    Se apartó un poco, para que no sintiese que estaba invadiendo su intimidad o algo así y se quedó mirando como cambiaba su rostro con cada nueva nota que leía. Aún no había llegado a la mitad cuando el rostro de... Vaya, no sabía cómo se llamaba... Bueno, pues en la cara del mendigo se dibujó una amplia y cálida sonrisa.

    -Bueno, creo que la he encontrado...
    -¿Ya? Pero si todavía no las ha leído todas.
    -Lo sé, pero son muchos años así y uno aprende a ver cuando encuentra aquel deseo que ningún otro podrá superar.
    -¿De veras? ¿Cree que ningún otro lo podrá superar?
    -Toma, júzgalo tú misma.

    Le tendió el papel con una sonrisa. Lidia lo cogió entre sus manos, nerviosa pensando que iba a profanar el deseo de alguien. Pero bueno, si lo había compartido con el mendigo no pasaría nada si ella también lo leía., ¿no? Abrió el papel lentamente y se encontró una letra infantil. Muy grande y desordenada y sólo el hecho de verla, ya la hizo sonreír. Tomó aire y leyó en voz alta.

    -Me llamo Marcos y tengo 8 años. A mí me gustaría que mi perrito soñase con una montaña entera de huesos para él solito. Sí, eso deseo.

    Lidia no pudo contener la sonrisa y supo que aquel deseo no podía ser superado, simplemente por la propia pureza del niño al escribirlo, y le devolvió el papel asintiendo.

    -Sí, seguro que es el mejor de todos. ¿Y yo podría escribirle también uno?
    -Claro que si pequeña. Ten, papel y boli.

    Lidia se apartó para que no pudiese ver lo que escribía y puso en letras bien grandes ‘ME GUSTARÍA SER COMO USTED. PODER SONREÍR Y SER FELIZ CON LA NOTA DE OTRA PERSONA’. Dobló el papel y se lo dio.

    Se extrañó al ver que a su vez, él le entregaba otro a ella y se quedó mirándolo sin saber muy bien que decir o como actuar.

    -No lo abras hasta llegar a casa. Un placer conocerte pequeña. Hasta la próxima.
    -Encantada. Hasta luego.

    Y se fue a su casa, tocando todo el rato en el bolsillo aquel papelito que le había dado. Nunca tenía ganas de volver a casa porque se encontraba sola, pero hoy lo estaba deseando... Cuando llegó lo dejó todo en la entrada y se fue a sentar en el sofá con la nota en la mano. La abrió muy despacio, y se encontró con una letra muy firme y clara.

    ‘Me equivoqué, sí que podía encontrar uno mejor que el de Marcos, el tuyo’.

    ¡Pero si no podía saber lo que ella había puesto! Sonrió nerviosa y se dio cuenta de que por detrás había un par de palabritas escritas.

    ‘YA LO ERES’.

    -Ya lo soy... – susurró y volvió a sonreír.

    No volvió a verle, pero estaba segura de que estaría bien. Ayudando a más gente como ella y pidiendo a cambio únicamente sueños...”


    *Frase de Scry.

1 comentario:

  1. Comentarios de la entrada original:

    Jara dijo...
    ¿sabes? esta semana después de hablar de sueños no hago más que soñar.. ¿influirá esto en nosotros?
    A veces se nos hace tan feliz con tan poco...
    Suena tierno tu escrito, el tinte infantil siempre lo hace. Así que te dejo un besazo enorme, porque quiero.
    y un secreto: yo tb sería feliz con la nota de otra persona. ;)
    12/3/08 12:40

    Carlos dijo...
    Dificil distinguir la línea que separa lo que deseamos de lo que soñamos. ¿Podría aquel mendigo ser Santa Claus? Es el soñar el camino hacia nuestros deseos.Un relato humilde y al mismo tiempo grande.
    Un abrazo!
    14/3/08 02:31

    synn dijo...
    ¡hola!
    Me ha gustado un montón. ¡Es perfecto! Jolines, cómo me gustaría escribir así...
    Tiene mucha mágia. Me gustó la ilusión de ambos.
    Me voy de vacaciones, así que si también tienes, ¡qué lo pases bien! [y si no tb!!]
    14/3/08 16:21

    ______________ dijo...
    Un cuento muy tierno Niobe :) . Pero ya sabes, lo bonito d elos sueños no es sólo ternerlos, si no luchar por conseguirlos.
    Un abrazo,
    Pedro.
    Pd: ¡Mil sonrisas para ti!
    20/3/08 11:25

    Anónimo dijo...
    mmm.... quizá lleven mucho los cambios por aquí, pero yo los descubro hoy (sorry) y me gustan :D
    Soñemos, pero poniendo de nuestra parte para que se cumplan.
    Peeero.... aquí no se muere nadie? ni hay sexo? ni nada? buah... ;P
    beleita
    21/3/08 00:30

    Scry dijo...
    Con un mes de retraso dejo yo mi comentario...
    Jo, un día estaría genial sentarse a pedirle a la gente que nos escribieran sus sueños, pero la gente estoy segura que no colaboraría. Ainsss el mundo se vuelve loco y nosotros vamos detrás!
    ¡un besazo!
    13/4/08 20:42

    Nucu dijo...
    Muy bueno...encontre el blog por casualidad y la verdad,es una wena historia con la qe irse a dormir.
    sigue escribiendo asi ;)
    biquiños!
    26/3/09 00:55

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