miércoles, 26 de marzo de 2008

CuentaCuentos nº 72 "Una última lágima"

Una última lágrima

    “Llegó la oscuridad, y con ella una lágrima resbalando por su mejilla. Se sentía sola, y aunque el sentimiento no era nada nuevo, esta vez parecía completamente diferente. Quizá porque su corazón había dejado de sufrir por fin. Quizá porque había conseguido volver a sonreír. Quizá porque había dejado de ver el cielo gris para verlo azul. Y al final todo se había venido abajo de nuevo. Sin avisar, de repente.

    Necesitaba tranquilidad, felicidad y creyendo que podría haberla encontrado bajó la guardia. Se permitió ser débil una vez más. Se dejó acariciar de nuevo por palabras sin darse cuenta de que las palabras se desvanecen en el aire. Y a fin de cuentas es lo que sucedió, y sabía casi con toda seguridad que aquello ya no tendría remedio. Porque es orgullosa, porque no deja que nadie le pase por encima, y cuando eso pasa, es difícil que olvide, que deje pasar, que perdone... Se siente traicionada por todo lo que compartió con él, porque no entiende a que pudieron venir esas palabras y esa “agresividad”  que le mostró, y porque estaba tan a la defensiva.

    ¿Acaso ella había hecho algo? No lograba comprenderlo, la verdad. Si había algo dentro de él, ¿porque estuvo así? ¿Porque quizá no había nada? ¿Porque se había asustado? Mil preguntas y no tenía respuestas para ninguna, sólo él podía dárselas, pero a lo mejor ella ya no quiere escucharlas. Puede que ya esté harta de todo esto, de escuchar excusas y mil palabras bonitas que al final siempre quedan en nada... Y al final terminará cayendo de nuevo donde creía que no volvería a caer, porque lo necesita, lo necesita con urgencia... Un abrazo. Uno que no llega y con el que no le queda más remedio que soñar...

    Y después de todo esto suena el teléfono, otra vez él. Otra vez para confundirla todavía más de lo que ya lo estaba y se queda mirándolo sin saber qué hacer, si contestar o no, si colgar o dejarlo así hasta que pare de sonar... Otra vez un dilema que no puede resolver sola. Porque pese a que es inteligente y siempre consigue salir adelante, ahora se siente como una niña pequeña ante la incertidumbre de si dentro de su armario lo que hay es el monstruo que ha creído ver. O si por el contrario, debajo de ese aspecto horrible que ha dejado a la vista, hay algo más hermoso.

    Es algo que debería descubrir y que no se atreve. No da ningún paso. No avanza, ni hacia el armario ni hacia el teléfono, que sigue sonando, inundando el aire a su alrededor con su lacónico y agonizante sonido, que se mete en sus oídos y su cabeza como el peor y más horribles de los lamentos. Ahora volvía a sentirse indefensa una vez más. Sin saber que decir o como actuar. Sabía que tenía que hacer algo, que no podía dejarse morir una vez más, y se puso a escribir...

    Una vez más comienza a sonar el teléfono y deja las letras a un lado para cogerlo entre sus manos y descolgar sin tener muy claro que va a suceder. Y entonces otra vez sonrisas. No sabe muy bien como lo consigue, pero ha vuelto a hacerla sonreír y otra vez es feliz... ¿Y por qué no darse una oportunidad? Pues sí, se la va a dar, porque ambos se lo merecen.

    Una sonrisa, un te quiero y un futuro por delante...”


    *Frase de Gema.

1 comentario:

  1. Comentarios de la entrada original:

    Jara dijo...
    Creo que este tipo de relato podría quedar chulo en plan diario.


    Pero será porque hoy estoy guerrera , pero nos sonríen y con eso volvemos a caer- TONTAS!!! lo que yo decía.

    Más no valía ser firmes con los pensamientos.

    No hay besos, que no me da la gana. Me he cabreado.
    27/3/08 00:39

    J&A dijo...
    como ya se me han adelantado..., llega a estar en primera persona y creería que se trata de un fragmento de un diario, escrito por alguien que también busca la forma y la belleza en lo que escribe y sólo va a leer ella (o él); vamos, un diario con buena letra y bien escrito.
    personalmente, si mi cabeza dice no y mi corazón dice sí, hago caso a mis sentimientos...sólo así se vive la vida al fin y al cabo, y la sonrisa florece, no la ejecutas, y si te siguen haciendo sonreir, es que te estan dando la vida. sin embargo tb hay que tener cuidado...hay amores que consumen, que duelen, qe se dejan caer en dinámicas que no pueden salvar. antes de entregarse al principio del mismo final que ya se ha vivdo, creo que convendría tomar conciencia de la situación, para que las dos almas qe están juntas se aporten más de lo bueno, y menos de lo malo en el futuro ese que queda por delante.
    vaya...que me e emocionado con mis reflexiones.
    me ha gustau tu relato (me ha hecho pensar en todo esto!)
    sige así y hasta pronto Níobe ;)
    27/3/08 14:07

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