martes, 21 de noviembre de 2006

CuentaCuentos nº 2 "En la oscuridad"

En la oscuridad

    “El centro comercial quedó en penumbra. Sebastián estaba encerrado y no había forma de salir. Bueno, pensó, pasaría allí la noche y por la mañana reanudaría su vida con normalidad. Buscó una cama en la que poder dormir. Cuando ya se estaba preparando escuchó un ruido. No le dio importancia, pero al cabo de un rato volvió a oír otro ruido. Con todos los sentidos alerta, y entre las sombras se encaminó hacia una de las escaleras.

    No sabía que es lo que realmente esperaba encontrar, pero no vio nada. Necesitaba adivinar de dónde procedía aquel ruido que tanto le crispaba los nervios... Siguió buscando entre la oscuridad lo que fuese que causaba aquellos ruidos, a veces metálicos, a veces como de madera, y otras sonaba a cristal. Cuando iba a doblar una esquina escuchó los ruidos otra vez. Se asomó con precaución y lo que vieron sus ojos ¡era algo increíble!

    Coches, muñecos, peluches... ¡Todos tenían vida! Se movían por el centro comercial como si fuesen reales, con si fuesen personas o coches de verdad. No daba crédito a sus ojos. Al querer retroceder tropezó con unas cajas y provocó un estrepitoso ruido. Los muñecos se giraron y fueron en su dirección. No sabía qué hacer. Empezaba a sentir mucho miedo. Aquello no podía ser real. ¡No podía estar ocurriendo! Echó a correr sin saber muy bien a dónde. Tenía que escapar de todas esas miniaturas que le perseguían. Al doblar una esquina se topó con un grupo de muñecos, uno de los cuales tenía cara de estar asustado. Parecían tan reales...

    Encontró un sitio donde esconderse y esperar a que amaneciese. Echó un par de horas en su escondite, pero un ruido a su espalda hizo que se le erizase la piel. Al girarse se encontró un enorme peluche gruñendo y avanzando en pos de él. Sebastián se giró para huir, pero sus ojos no encontraban una salida... Estaba totalmente rodeado por muñecos y juguetes. Un grito escapó de su boca antes de que aquella jauría se le echase encima.

    Al despertar se sintió muy reconfortado y oía el bullicio de la gente. Cuando quiso marcharse sus piernas no le respondieron. Se vio las manos, eran de plástico y también sus piernas... ¡Era un muñeco! Desde ese día pasa las horas inmóvil en las estanterías del centro comercial, aprovechando las noches para vagar eternamente y esperando que una nueva víctima se quede atrapada para que le haga compañía por siempre jamás."



    *Frase Anónima.

1 comentario:

  1. Comentarios de la entrada original:

    3 respuestas a Una noche inolvidable
    emilio dijo:
    20 noviembre, 2006 en 20:51
    ey me gusto, no imagne ese final
    buenisimo
    sigo leyendo el blog!
    besos
    emilio

    Elena dijo:
    21 noviembre, 2006 en 15:36
    cualquiera se fia de los juguetes!!!
    wenisima historia!!!

    Unknown dijo:
    24 noviembre, 2006 en 23:41
    Eyyy!!! Es un cuento super chulo!!!!!!!Me ha gustado mucho, de lo mejor que he leído con esta frase. Muy original me ha parecido la idea… aunque me da un poquito de pena que se haya quedado atrapado como peluche, jeje, a ver si alguien lo va a comprar y se le fastidia lo de montar fiesta todas las noches!! Menudo fastidio sería!! jeje.Muy acogedor y divertido el cuento. Enhorabuena.Besillos desde my little world.

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