lunes, 13 de agosto de 2007

CuentaCuentos nº 40 "Su vida a través de los sentimientos"

Su vida a través de los sentimientos

    “Nada más despertar, se gira y lo descubre a su lado... No fue un sueño, él estaba allí... Sin apenas moverse para no despertarle se colocó de lado apoyando su cabeza en su mano para poder observarle bien. Allí estaba, durmiendo tranquilamente, perdido entre sus sueños, en los que seguramente habría mil risas a su alrededor y un millar de personas que le querían y le adoraban. Ella no podía apartar los ojos de él. Estaba boca arriba y desnudo…  Tenía el pelo corto y negro, y una piel suave y bronceada. Sus ojos eran de un color castaño que invitaba a perderse en ellos y cada vez que sonreía era capaz de oscurecer hasta el día más brillante, porque la verdadera luz se escondía en sus labios.

    Le tenía a su lado, completamente desnudo y casi tapado por completo con la sábana. Era una noche de calor y a pesar de tener la ventana abierta no corría ni la más pequeña brisa… Lo observó un poco más. Su pecho, muy masculino, con pelo, pero sin ser una exageración. A ella no le gustaban los hombres que se depilaban por completo el cuerpo, siempre le gustó juguetear con sus dedos entre aquellos pelillos, mientras tenía la cabeza apoyada en el hombro de él y sentía sus manos acariciando su nuca…

    Siguió bajando con la mirada, por su abdomen. No era un hombre musculoso, ni tampoco tenía un cuerpo perfecto, pero a ella la hacía temblar sólo con verle allí a su lado… Quizá ahí residía el secreto del verdadero amor… Porque le amaba, le amaba más que a nada, con todos sus defectos y virtudes. No deseaba a un hombre con un cuerpo perfecto, le deseaba a él, porque sólo él sabía hacerla sentir hermosa… Nadie más había conseguido que se sintiese tan sexy a pesar de sus muchos defectos…

    Se recreó durante unos instantes en su ombligo. Tan chiquitín y perfecto en todos los sentidos. De ahí partía un camino señalizado por otro tipo de vello… Era un camino que la llevaba al placer, un camino que la hacía sentir viva. No pudo evitar llevar su mano hasta aquella pequeña hendidura en el cuerpo de aquel hombre que la hacía vibrar como nadie. Sus dedos acariciaron suave y lentamente toda la zona y comenzaron a seguir el camino marcado, pero se toparon con un impedimento no deseado…

    La maldita sábana estaba justo donde menos debía estar… Se quedó pensativa durante un segundo o dos y mordiéndose el labio le miró pícaramente a la cara. Seguía dormido, así que agarró la sábana y lo fue destapando poco a poco, para no despertarle. Cuando lo consiguió se quedó mirándole… Ahora le tenía desnudo por completo delante de ella. Aquel cuerpo que tantas veces la había llevado al Paraíso. Un lugar en el que ellos eran los únicos habitantes, un lugar en el que nadie podría encontrarlos y separarles, donde podrían estar siempre juntos.

    Se quedó mirándole absorta en sus pensamientos y a su mente regresó el momento en el que lo había visto por primera vez. Sus miradas se habían cruzado y desde aquel mismo instante ella supo que él iba a ser muy importante en su vida, aunque no pudo ni imaginarse cuanto… Recordó también todo lo que había sentido la primera vez que hicieron el amor… Cómo la desnudó lentamente, sin prisa,  sembrando besos de fuego en cada centímetro de su piel. Encendiendo aún más su deseo…

    Recordó como ella hizo lo mismo con él, descubriendo a cada momento algo nuevo en él que lo hacía más deseable… Los nervios que sentía o los suspiros que sin darse cuenta dejaba escapar cada vez que las manos de ella hacían contacto sobre su piel… Recordó el momento mágico en el que se fundieron en un solo ser… Él estaba encima de ella, se besaban con dulzura, se abrazaban como tratando de unir sus cuerpos en uno sólo. Se movían al unísono como si se conociesen de toda la vida, como si ellos mismos tuviesen la clave del placer del otro, llegando juntos al éxtasis, mirándose a los ojos y dándose el beso más tierno que jamás habían soñado…

    Notó que él se movió y entonces regresó de todos aquellos pensamientos hasta la cama que compartían. Se encontró con sus ojos que la miraban llenos de amor y dulzura. Tenía el mismo brillo que aquella primera vez, que parecía tan lejana ya… Y allí estaban los dos, desnudos en la cama, el uno junto al otro, en medio de un cruce de miradas y sin decir ni una sola palabra. Ella quería decirle mil cosas, pero no sabía como empezar, ni siquiera sabía si sería capaz de encontrar las palabras para expresar todo lo que sentía, y se limitó a verle a los ojos. Entonces él le cogió la mano y le dijo.

    -Lo sé, yo también te amo…

    Y se inclinó sobre ella para besarla y hacerla suya una vez más...”


    *Frase de María.

1 comentario:

  1. Comentarios de la entrada original:

    Sergio dijo:
    13 agosto, 2007 en 4:01
    He de confesar que me gustan mucho las escenas sexuales descritas tan inocentemente, con esa pureza y pulcritud que las hace verdaderamente mágicas, como el clímax de la unión del amor. Espero que estés bien…Un abrazo.

    Jara dijo:
    13 agosto, 2007 en 12:29

    Y supongo que es así. Que lo miras y sientes que lo es todo. Que puedes gritar a los 4 vientos que lo Quieres y el despierta y confirma tus palabras.

    Y resulta hermoso encontrarlo a tu lado, o no simplemente en sueños, si no en la realidad y hacer tus deseos suyos viceversa.

    Supongo que hay escritos que se revuelven en el cerebro.

    1 besito neni. ánimo

    luzdeluna dijo:
    13 agosto, 2007 en 17:54
    Me parece muy erótico…Me encanta lo de la mirada del final….una mirada puede decir tanto…. Besitos.

    Unknown dijo:
    13 agosto, 2007 en 18:42
    Mmmmmm qué evocador!Salu2

    Cris dijo:
    13 agosto, 2007 en 19:55
    Lo primero ánimo pequeñaja…vas a ver como todo sale bien y los problemas te dejan en paz, ya habrá tiempo para que vengas en otro momento, que será por días…

    Esperaba encontrarme algo así, estaba claro que está frase te iba a llevar a escribir uno de tus cuentos "made in Niobiña" que tanto te caracterizan.

    Un besote!

    Sandra dijo:
    13 agosto, 2007 en 20:52
    ¡Esto era lo que yo queria escribir! Pero Sofía e Isaac me traicionarón y tomaron vida propia para terminar haciendome llorar de tristeza.

    Así que solo me queda felicitarte por haber sabido llevar a cabo algo que yo intenté y no logré. Quizás si pongo corazones y rosa en mi blog en lugar de todo negro me salgan cosas así de romanticas, tiernas, hermosas y magicas.

    Besos.

    Duendecilla-Mun dijo:
    14 agosto, 2007 en 15:52
    Me ha resultado muy erótico y cercano :) Sólo cambiaría los clichés; he visto varios en el texto y considero que podrías prescindir de ellos y crear figuras e imágenes más personales. Pero, a pesar de ello, me ha agradado.
    Un besote,
    Mun

    amara2706 dijo:
    17 agosto, 2007 en 0:39
    Hola:
    Te he encontrado a través de cuentacuentos y me gustan todos los relatos que he leído, bueno unos más que otros. Yo tengo un blog que trato diferentes temas: viajes, poesía, solidaridad…y esta semana he empezado a publicar desde elcuentacuentos.com. Todo este rollo viene para pedirte permiso de poner algún relato tuyo y, evidentemente, pondré un enlace a tu espacio. No es que tenga tropecientos lectores, pero los que tengo son gente culta y, además, les gusta escribir.
    Ah! si conoces algún cuentacuentos que me pudiera dejar algún relato, te estaría muy agradecida.

    Aprovecho la ocasión para desearte un buen finde.
    Un abrazo.

    Asiria dijo:
    17 agosto, 2007 en 17:30
    Se deslizan las palabras por un bello amanecer ralentizando el tiempo en un momento mágico.
    Bella descripción de ese momento
    Un abrazo!

    Cristina dijo:
    17 agosto, 2007 en 23:31
    Describes cada detalle, cada movimiento, cada pensamiento… es increíble todo lo que se puede hacer con palabras, la de imágenes que podemos llegar a evocar…

    Me ha gustado tu historia porque me parece muy romanticona y muy muy tierna, como ella le mira y va recordando todo a la vez que se da cuenta de que él lo es todo… genial ;)

    Muuuuua!!

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