Microrelato
"No funcionó. Lo había intentado de todas la formas posibles, pero no se abría. Le había dado patadas, puñetazos, golpes... Había gritado incansablemente, consumido por la rabia y la ira, pero nada. Estaba asustado, lógico. Cualquiera lo estaría y el que diga que no, miente. Cuando conseguí calmarme un poco busqué la forma de abrir aquella maldita tapa, pero no había manera, así que acabé rindiéndome. Y allí estaba, encerrado en un ataúd, bajo tierra, casi sin aire. Y me estaba muriendo..."
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Siéntete libre de compartir tus impresiones de lo que has leído. Un Feedback nunca viene mal y siempre es bien recibido.