domingo, 27 de marzo de 2011

CuentaCuentos nº 86 "La loca"

La loca

    "La casa se inundó de un olor a arroz con curry. Se estaban quedando dormidos en el sofá. Quizá habían comido demasiado. Silvia notaba como si le fuese a reventar el estómago. Mauro estaba a su lado, no tenía mejor pinta que ella. Los dos sabían muy bien que no debían comer tanto, que luego se sentían muy pesados y torpes, pero por más que lo intentasen no conseguían evitarlo. Se lo propuso con todas sus fuerzas y se levantó del sofá. Obligó a Mauro a levantarse también para salir a dar un paseo, si se quedaban en casa se pasarían la tarde del domingo durmiendo. Caminaron hasta el parque. Les encantaba aquella zona, era tan verde, tan relajante. Increíble encontrar algo así en una ciudad tan grande como aquella. Había escuchado mil veces hablar de Central Park y otras mil lo había visto en películas, pero jamás se lo había imaginado así... Desde que se tuvieron que mudar a Nueva York por motivos del trabajo de Mauro iban mucho por allí. A Silvia le recordaba al Retiro de su Madrid natal, aunque nada comparables en tamaño. De repente un ruido llamó su atención.

    -¿Y esa muchacha de ahí? – preguntó Silvia a su novio.
    -Pues si te digo la verdad, creo que está loca – le respondió Mauro.
    -¿Por qué lo dices?
    -Lleva por aquí un par de días. Y siempre parece estar buscando algo... Una vez quise ayudarla y comenzó a decirme un millón de cosas irracionales, de las que sólo saqué en claro que se llama Lucrecia.
    -Ufff... Lucrecia me suena a nombre de loca, si... ¡Pero espera! Ahora que la veo bien. ¿No es Lucrecia Rincón?
    -¿La escritora famosa? Pues no sé que decirte chica.
    -Sí que es ella. Hace unas semanas le hicieron una entrevista en la tele. Se ha hecho muy famosa con su último libro...
    -Pues seguro que si nos quedamos un rato por aquí podrás ver de lo que te hablo.
    -¿Pero eso no sería un poco cruel, Mauro?
    -No sé porque. El parque es de todos y puedo pararme donde sea. Así que lo he decidido, nos vamos a sentar en este banco y ya verás.
    -Está bien, como quieras.
Y allí se sentaron a verla. Andaba de un lado para otro, desconsolada. Como si no supiese hacia donde ir o qué hacer. Lucrecia, llevaba días buscándola. Sabía que se había perdido allí en el parque, pero no la encontraba. ¿Porque todo lo malo le pasaba a ella? Entonces un hombre se acercó a ella intrigado por su desolación.
    -Señorita, ¿qué le pasa?
    -Que llevo aquí días y no la encuentro...
    -¿Ha perdido algo?
    -Sí, algo muy importante para mí.
    -Y, ¿qué ha perdido?
    -Mi querida inspiración. Y necesito encontrarla. ¿Me ayudará?
    -Ha perdido su inspiración ¿y viene a buscarla aquí?
    -¿Entonces dónde voy a encontrarla señor? Tendré que buscarla donde se me ha perdido, ¡digo yo!
    -¡Está usted mal de la cabeza señorita! ¡Está loca! – dijo aquel pobre hombre mientras se alejaba de ella.

    El parque casi se había quedado en silencio cuando la gente comenzó a oír la discusión entre aquellos dos singulares personajes. Al viejecito muchos lo conocían porque siempre iba a la misma hora a echarle de comer a las palomas y a la muchacha la veían desde hacía un par de días rondando por allí, buscando desesperada en cada rincón y lanzando gritos al aire y después a todos aquellos que se acercaban a ayudarla. Siempre tenían espectáculo garantizado si ella estaba cerca...
    -¡Inspiración! ¿Dónde estás? ¿Por qué te has ido?
    -¡Loca! – grito el señor dándose la vuelta. - ¡Completamente loca!
    -¡Inspiración vuelve! – continuó Lucrecia sin hacerle caso. - ¿No ves que te echo de menos? ¿No ves que me haces falta?
La gente la miraba murmurando en bajito, para que ella no pudiese oírles, pero les oía... Sabía lo que decían y podría asegurar lo que estaban pensando. Es lo que tiene ser una persona con una mente tan abierta, que podía hacerse una imagen global de cualquier situación que la rodease. Así como también había visto a aquel chico que la veía día tras día desde el mismo banco, pero esta vez acompañado por una joven.
    -¿Ves como está loca? Ya te lo había dicho.
    -Mauro, no seas así. Puede oírte.
    -¿Y qué si me oye? ¿No dices que es una simple escritora?
    -No es una simple escritora imbécil. Es una de las más grandes ahora. Sus relatos derrochan imaginación por todas partes y siempre consiguen dejarte con la intriga...
    -Y tanto, mira que intrigada tiene a toda esta gente. Que no saben si es que ha dejado de tomarse la medicación o si es que en el psiquiátrico tienen jornada de puertas abiertas... jajajaja
    -¡Mira que llegas a ser gilipollas! – grito Silvia. – A veces no sé porque estoy todavía contigo.
    -Bueno, tranquila mujer, me disculpo, ¿vale?
    -Sí, deberías hacerlo, porque sino te juro que me voy.
    -Pero, ¿por qué te pones así? Sólo es una lunática más. ¿De veras vas a dejar que los desvaríos de una pobre loca nos afecten?
    -¡Te lo advertí Mauro! Me voy...
    -¿Pero qué cojones te pasa?
    -Que ahora me estoy dando cuenta de cómo eres. En mi familia hay antecedentes de esquizofrenia, ¿sabes? Podría pasarme a mí. Y de verdad que no quiero que me trates como a una desequilibrada o algo así...
    -Joder Silvia, perdóname. No lo sabía.
    -Da igual, ¿sabes? Ya no quiero estar contigo...

    Se alejó llorando, pasando sin darse cuenta por delante de Lucrecia que la miraba con tristeza. Y Mauro pudo ver como aquella mujer iba detrás de su novia preguntándole si se encontraba bien. La verdad es que no tenía claro que había pasado. ¿Silvia se enfadó por que se había metido con aquella loca? Bueno, que según ella no era una loca, sino una gran escritora. Y luego ya había pasado a decirle sus problemas y que no quería que a ella la tratase así... Se había puesto muy tremendista y cuando volviese se lo iba a decir. Esperó durante un buen rato en aquel banco, pensando que ella iba a volver, pero tras más de media hora de espera decidió volver a casa. Ya le llamaría por teléfono si quería disculparse por haberse marchado así. Cuando casi estaba saliendo del parque salió a su paso Lucrecia, interponiéndose entre él y la salida.

    -¿Qué haces loca?
     -¡Loca! ¿Loca yo?
    -Sí, loca como una cabra. ¿Acaso se piensa que no la he visto diariamente por este parque a gritos llamando a su Inspiración?
     -Loca... Esa palabra te ha costado tu relación y aún así sigues diciéndola como si nada... Y dime, ¿cómo estarías tú si hubieses perdido lo más importante para ti? ¿Acaso no te volverías loco? Porque lo harás...
    -Vamos a ver señora. Usted está loca, y no tengo nada más que decir al respecto. Yo no he perdido a Silvia, porque arreglaremos esto como siempre. ¿Y yo me voy a volver loco? ¿Y eso a santo de qué?

    En ese momento, en la cara de Lucrecia asomó una extraña mueca que Mauro no supo si era de burla, de victoria o de felicidad, pero hizo que todo su cuerpo se le erizase. Vio como se agachaba y un cachorrito saltaba a sus brazos y ella lo recogía sonriente.

    -¡Inspiración! Al fin te he encontrado. Espero que te quedes conmigo mucho tiempo, ¿eh chiquitina?
    -¿Así que Inspiración era una perra? ¿Y por qué no lo dijo antes? Ha dejado que todo el mundo pensase que está loca cuando sólo estaba buscando a su perra.
    -Inspiración... Un perro, un árbol, una roca, una persona... Daba igual… Sólo quería mi Inspiración, y gracias a ti la he encontrado...
    -¿Qué? Ahora sí que no la entiendo.
    -Ya tengo mi Inspiración, aunque tú antes la llamabas Silvia. Pero ¿y tú? ¿Cuánto tardarás tú en encontrar la tuya?"


    *Frase de Larisavel.

1 comentario:

  1. Comentarios de la entrada original:

    Roc dijo...
    ¡Jo chica pues si que te ha dado de si la indigestión de arroz con curry....!!!!
    Se ve que entre esa comida, que no me gusta, la frase, que me bloquea y la gripe, que me tiene como atontada, soy yo la única que no ha encontrado esta semana a su inspiración...
    Genial como de costumbre nena..
    28/3/11 05:03

    Hell dijo...
    Lo siento nena, pero en los último cuatro párrafos me he perdido. Lo he leído dos veces seguidas.
    Lo intentaré leer una vez más, un poco más tarde.
    O tengo sueño, o no lo logro entender.
    Esperemos que sea lo primero...
    :)
    Hell.
    28/3/11 15:28

    Hell dijo...
    Bueno!
    Ya estoy por aquí otra vez!!!
    Creo que ahora, estando más despejado (será la noche...), me he enterado más de qué iba la cosa! :)
    Últimamente veo que escribes de una manera muy diferente de como lo hacías antes (hará más de un año!). Y me gusta lo que voy viendo. Sí.
    Éste, en concreto, me gusta mucho más que el de la semana pasada.
    Así que sigue así y vamos a por todas!!!
    Besos!!!
    Hell.
    28/3/11 22:57

    Carlos dijo...
    La locura es algo surrealista, puede hallarse o señalarse desde muchas opciones o formas de entenderla, y como tal puede ser fugaz o profunda, pero no tanto como los cimientos sobre los que él se siente seguro, que probablemente se derrumbarán y siga sin entenderlo.
    El curry posee la y de NY y la inspiración la n, la historia tenía que salir :)
    Un pertazo!
    29/3/11 00:45

    Jara dijo...
    Pues yo tb me he perdido! en fin, supongo que la inspiración siempre tiene un nombre sea lo que sea.
    Y te dejo una canción que me gusta a mi!!
    http://www.youtube.com/watch?v=ryZlsg1amHU
    29/3/11 21:50

    Hell dijo...
    Veo que, aparte de empezar a escribir relatos como Dios manda, escribes el catalán como el el señor Companys mandó!!! jajajajaja
    Muy buena esa!!!
    29/3/11 23:25

    atenea dijo...
    Qué tonto Mauro!! Así que se ríe de Lucrecia porque cree que está loca y deja que Silvia se vaya de esa manera. Y lo peor es que no se da cuenta... el loco es él! ayyy lo que daría por verle la cara cuando se dio cuenta jajaja
    Genial wapa, me ha gustado mucho :)
    Besos!!
    30/3/11 01:05

    Emma Grandes dijo...
    Pues a mí me ha encantado. Locura. ¡Qué palabra más vanal, qué insulto más facil, pero qué peligroso! Lucrecia encontró su Inspiración y veo que tú también. Ay, lo que daría yo ahora mismo por irme a Central Park!!!
    Besitos desde mi mirilla ;)
    30/3/11 10:33

    wannea dijo...
    Hay tantas cosas que cuando las pierdes ya no vuelves a encontrarlas... lo malo es que nunca nos damos cuenta hasta que las perdemos... gran relato nena
    bessos
    30/3/11 22:34

    *Sechat* dijo...
    Grandioso de verdad. Me has tenido en vilo de principio a fin. Siento no haberme pasado por El Cuentacuentos estos últimos días. Llevo unas semanas un poco complicadas (con cambio de puesto de trabajo incluido). En fin... un placer leer tus intrigantes relatos.
    Besotes.
    3/4/11 16:08

    Shaylee dijo...
    Una preciosidad de relato, me encanta en su totalidad.
    felicidades
    26/4/11 23:29

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