sábado, 16 de abril de 2011

CuentaCuentos nº 89 "Tomando las riendas"

Para leer este relato es necesario haber leído Encuentro en el Ahal y Acto de rebeldía para ver la historia completa.

Tomando las riendas

    "La complicidad se asomaba a sus ojos, no dejaría pasar aquella oportunidad...Todo su cuerpo temblaba y se sentía como una niña pequeña bajo la mirada seria de su padre, aunque en el fondo podía notar un brillo especial. Y podía sentir otras miradas, llenas de enfado y severidad, otras miradas que ya la estaban condenando. Pero ya no había vuelta atrás, había llegado hasta allí siguiendo los designios de su corazón y pensaba serle fiel hasta el final, fuese cual fuese. Farah tenía la impresión de que el silencio que les rodeaba ahora mismo ya duraba una eternidad, aunque si se concentraba un poco podía escuchar que no todo era silencio. Un suave murmullo se extendía a su alrededor y podía sentir como todas y cada una de esas palabras que jamás repetiría se le clavaban como puñales. Estaba claro que aquella no había sido la mejor decisión de su vida, pero al menos había tenido el valor de tomarla, sólo quedaba esperar a que su baaba dijese algo y ese momento estaba a punto de llegar.

    -Por favor, dejadnos solos, tenemos que hablar. Y disculpad la falta de respeto de mi hija, siempre ha sido un espíritu libre, y eso que lo he intentado todo para que fuese como las demás...

    Farah seguía de rodillas en el suelo, mirando fijamente a su padre mientras los demás hombres salían del ehe y les dejaban a solas. Eso es lo que necesitaban, silencio y tranquilidad, sin nadie más alrededor, aunque habría dado lo que fuese porque el tuareg de los ojos verdes se quedase allí a su lado, apoyándola, pero a fin de cuentas, él no sabía nada...

    -Farah, hija mía, presentarte aquí de este modo ya es una falta grave de respeto contra tu padre, pero ¿y esta petición?
    -Baaba, yo...
    -Aún no he terminado. Sabes que nuestra familia es poderosa, ¿acaso ese imghad te está obligando a hacerlo? ¿Quizá quiere el dinero de nuestra familia?
    -Yo... - no pudo continuar la frase, se sentía muy avergonzada, no podía ni mantenerle la mirada a su padre.
    -Farah, mírame. ¿Quiere dinero? Estoy dispuesto a darle todo cuanto pida sólo con que no te obligue a ser su esposa. Además, varios hombres han pedido ya tu mano. Iba a decírtelo esta noche en la cena, y ya he escogido al que más te conviene.
    -Baaba, nadie me está obligando, de hecho, ni siquiera sé si ese tuareg se ha fijado en mi. Pero no quiero esperar padre. Quiero tomar el control de mi vida, quiero ir directamente a él y ofrecerle mi mano.
    -Eres consciente de que eso supone faltarle al respeto a tu familia, ¿verdad? Y sobre todo a mí, que ya he escogido al marido perfecto para ti.
    -Lo sé padre, pero siempre ha sabido que yo no era como sus otras hijas. Yo nunca he llevado bien el acatar las normas, que nunca he aceptado mi papel en esta sociedad. Baaba sabe que si me lo pide cumpliré su voluntad, pero también sabe lo infeliz que eso puede hacerme...
    -Tienes un día Farah. Un día para encontrar a ese imghad y hacerle tu proposición. Y en caso de que acepte quiero verle mañana aquí, al caer el sol. Pienso ceder por ti Farah, porque sé lo duro que resulta todo esto para ti, pero no voy a dar de lado todas mis creencias. Si ese pastor de cabras te acepta quiero que cumpla con su deber como hombre y venga a pedir tu mano, sino tendrás que acatar mi decisión y sin rechistar.
    -Tenemos un trato baaba, si a mi modo no funciona prometo no volver a cuestionar ninguna de las costumbres de nuestro pueblo.

    Farah abrazó a su padre que la tomó tiernamente entre sus brazos, le peinaba el pelo y la besó en la frente, como cuando era una niña. Podía ver cuanto dolor provocaba en su padre el dejarla ir así, pero ella necesitaba intentarlo al menos una vez antes de persistir para siempre. Se levantó y besó con amor la mejilla de su padre y se puso rápidamente su niqab para salir de la ehe.

    -Farah, recuerda, un día. Hasta mañana al caer el sol - y mientras veía como su hija se marchaba, añadió con un susurro que nadie más pudo oír. - Suerte hija mía."



     *Frase de Angelical.

1 comentario:

  1. Comentarios de la entrada original:

    *Sechat* dijo...
    ¡Puf! Cada vez me está gustando más la historia de Farah.
    Te leo. Un besote.
    18/4/11 14:48

    wannea dijo...
    Noooooooooooooo otra vez noooooooooooo, ¬¬ te parece bonito ir contando esto por entregas semanales??? pues ala, a esperar una semana más para saber en los líos que se mete la muchacha para encontrar a este hombre, en fin, volveré!!!
    PD: si, es una amenaza XD
    bessos!
    18/4/11 14:48

    Roc dijo...
    Quién sabe si la auténtica Farah, tuvo un desliz con un tuareg o con otro hombre, antes de servir a su patria dando herederos al Sha.
    Me fascina el relato, ya que es la antepuesta a la original y eso creo que le gustaría haberlo podido hacer hasta a ella...
    Ahora tienes que continuarlo si o si, porque sólo tenemos un día ¿Recuerdas?
    Besos y abrazos para ti.
    19/4/11 05:55

    Carlos dijo...
    Entre la rabia que siento al escuchar que en la franja de Gaza asesinaron a un periodista italiano, defensor de la causa palestina, por contaminar a la población con ideas occidentales, en un lugar en donde está prohibido cogerse de la mano, ir a las mismas playas, y demás barbaridades de retrógrados arcáicos, tu relato aporta, dentro de costumbres que aun hoy subsisten y hay que erradicar, el encanto con el que el misterio de las mil y una noches ha cautivado siempre, lo ascentral, tradiciones y culturas, y sobre todo leyendas.
    Frente a la barbarie la palabra.
    Un abrazo! ups me comí media frase :o estas prisinas :)
    19/4/11 23:27

    atenea dijo...
    Sí que está dando de sí la historia de Farah, ¿eh? jejeje Sigue con ella, por favor, que nos tienes a todos enganchados pensando si todo lo que está haciendo al final valdrá la pena al conseguir lo que se ha propuesto.
    Me gusta como nos vas contando la historia poco a poco, primero el enamoramiento con sólo una mirada, luego el hecho de cuestionarse una vez más si seguir o no las tradiciones de su pueblo, tomar la decisión de hablar con su padre, ahora esta conversación... vas desarrollando muy bien la historia!! Me encanta! Sigue así!! :)
    Besos!!
    20/4/11 21:21

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